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4 DE FEBRERO DE 2010
Bodas gays, efectos en Puebla
Como nunca, el colectivo LGBT mexicano ha tenido tanta presencia mediática y ha sido tema de discusión en casi todos los foros, pero del mismo modo ha sido atacado, ofendido y criticado. Todo eso en menos de tres meses tras décadas de haber sido ignorado.
Redacción Anodis

Todo empezó desde que la Asamblea Legislativa del DF (por motivos electorales del PRD sin duda), aprobó el ‘matrimonio homosexual’ mediante ley que entrará en vigor en marzo próximo, si es que la PGR no logra tirarla con su incongruente recurso de inconstitucionalidad presentado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hecho que contraviene el espíritu laico del Estado Mexicano, y que es ni más ni menos la respuesta del Gobierno Federal –a petición del cardenal Norberto Rivera y del dirigente nacional panista César Nava– a la ley ‘antinatural, perversa y aberrante’, como la han calificado los jerarcas católicos, y que da certeza legal y jurídica a las uniones homosexuales.

Pero su efecto dominó ya se presentó. Al menos en Puebla el diputado petista José Benigno Pérez Vega, coloquialmente conocido como Pepe Momoxpan y mejor conocido por su vedetismo, vaquetonismo, arribismo, protagonismo e inutilidad, causó terrible conmoción entre los mochilonesintegrantes del legislativo local y provocó tremendo susto a la derecha poblana, al presentar la iniciativa de ley para decretar en Puebla el matrimonio homosexual, misma que fue remitida a comisiones para su estudio y discusión, las que son antesala de la congeladora, donde hoy duermen las iniciativas de ley contra la discriminación y la de ley de convivencia, cuya autoría fueron respectivamente del PAN y del PRD.

Pepe Momoxpan dio tremendo albazo a su homóloga del PRD, Irma Ramos Galindo, que ya había saboreado antes de irse de vacaciones de fin de año las mieles electorales que le dejaría la presentación de una iniciativa de ley semejante a la del DF después del que el ‘Goberprecioso’ rindiera su penúltimo informe de desgobierno, pero el inefable petista se le adelantó quitándole el hueso de la boca y ahora presume el apoyo de varias organizaciones LGBT, sólo que fuera de Puebla.

Hay que decir que las organizaciones que en Puebla trabajan por la diversidad sexual, como Demysex, Colectivo Sol y Vida Plena, ya se deslindaron de la iniciativa petista, al considerar que se trata de una estrategia electoral, ya que en esta entidad están cercanas elecciones para renovar la gubernatura, alcaldías y el Congreso local y les sobra razón.

Chistosamente, cada vez que hay elecciones en Puebla, la chiquillada, donde está incluido el PRD, toman las causas de la diversidad sexual, sin que nadie se los pida, como bandera política para congraciarse con la población LGBT por interés netamente electoral, van tras el voto rosa sin que éste le importe un pepino, sólo son carne de cañón.

Antes de que en Puebla se apruebe el ‘matrimonio homosexual’, si es que alguna vez se hace, se tendría que tener un marco legal y jurídico contra la discriminación, la ley de Sociedades en Convivencia, pedir mediante consulta pública la opinión de los directamente beneficiados o afectados y crear, desde las autoridades, cuerpos intermedios y organizaciones no gubernamentales, estrategias educativas para que la población LGBT, sobre todo los jóvenes, enfrenten con normalidad, seguridad y sanidad su orientación afectiva, sexual y erótica, ya que el Puebla el closet es cotidianidad y se mueve al margen de las familias y si existieran bodas gays éstas se harían bajo la oscuridad del closet.

Ah, es básico presentar esa iniciativa en periodos no electorales para evitar el lucro partidista y cualquier tipo de sospechosismo.

Además, al legislador petista se le olvida que en el estado de Puebla está en vigor la Ley de la Familia, que entre otras cuestiones, prohíbe al aborto, la eutanasia y precisamente la legalización de las uniones homosexuales, al considerarla atentado contra la familiaheterosexual y que fue maquiavélica obra del PAN y PRI a petición del nuevo arzobispo de Puebla, que quería una curia obediente que a todo le dijera “sí señor, lo que usted mande”.

Así las cosas, la iniciativa de Pepe Momoxpan es una vacilada, una ocurrencia para subir al estrado y justificar el dineral que gana sin hacer gran cosa, además de que se hable de él en los medios informativos, incluyendo nacionales, y todo, por interés electoral ya que desea ser candidato a gobernador por el PT y hay que decirlo, a quienes integran en este estado el voto rosa, no les interesa el PT, Pepe Momoxpan ni, sospecho yo, tampoco las bodas gays.

La fauna poblana ha respondido de diversas maneras a la ley del matrimonio homosexualdel DF. Fue inocentada en un diario digital el 28 de diciembre pasado al ‘informar’ que el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, casaría a la primera pareja gay en catedral ya que, si no puedes contra el enemigo, únete a él. El santo señor se la ha pasado criticando a ‘esa perversa ley’ que afectará a los niños adoptados al considerar que probablemente ellos se volverían homosexuales también y que se pone en riesgo a la familia, aunque en todo momento aclara que los homosexuales son personas que merecen respeto, órale, ha descubierto las hostias.

El panismo local, dominado por el Yunque, ha declarado una y otra vez –al menos dan la cara y no se esconden tras la PGR como su dirigente nacional– que dirá un rotundo ‘no’ a toda posibilidad de que en Puebla se apruebe una ley semejante a la del DF.

El diputado federal plurinominal, Pablo Rodríguez Regordosa, que a la vez dobletea en el equipo de promoción del precandidato del PAN a la gubernatura, ha dicho que hay asuntos más importantes que legalizar las uniones homosexuales y se opone a discutir semejante ‘aberración’, no obstante tener en sus espaldas desde hace por los menos seis años la sospecha de ser homosexual (cada vez que puede el conductor de ‘Al Portador’, Alejandro Mondragón, hace referencia, con sutilizas, al sospechosismo en el que vive Pablito, quien cuando fue candidato a la alcaldía (que le ganó Enrique Doger) un domingo negro en plena rueda de prensa soltó el cañonazo: “compañeros, yo no soy maricón”, ganándose desde entonces la enemistad de la población LGBT).

El PRI poblano juega al “después te digo” igual que lo hace su dirigente nacional al no querer perder las elecciones por apoyar la ley del matrimonio homosexual, Betty no es tonta, sabe que esa ley es comprometedora por polémica, pero su silencio la hace cobarde. Lo que ha dicho la chiquillada sobre el tema no importa, son vaciladas.

El efecto dominó ya se desató y es de pronóstico reservado saber en qué va a parar esta discusión que hoy por hoy tiene enfrentada a la izquierda con la derecha y evita que en Puebla se arme la que sí es una aberración, la alianza PAN-PRD para quitarle el poder al marinismo.

Y en medio de la discusión es la población LGBT quien padece los ataques sin que hasta el momento, en Puebla, alguien se haya tomado la molestia de preguntarle si en verdad quiere tener dicha ley, que requiere por fuerza más discusión y estudio pues, antes de casarse, hay que salir del closet y saber cómo se vive dignamente una orientación sexual distinta a la de la mayoría.

Aunque Pepe Momoxpan la haya tomado a vacilada y para promocionarse, no es “enchílame otra” y “a ver si es chicle y pega y me nombran candidato a gobernador”.

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